"Yo cuando sea grande quiero ser..." es una frase compuesta por 6 palabras que se pronuncia, no tengo estadísticas actualizadas, desde hace mucho, mucho tiempo. Es la preferida por los adultos, sean estos padres, tíos, abuelos, maestros, vecinos y hasta perfectos desconocidos a la hora de interrogar a un niño y saber qué quiere ser al llegar a adulto. Como si el adulto pudiera prever o saber de su futuro se "exige" al niño tener una respuesta rápida e ingeniosa en un par de segundos. No se le da oportunidad alguna para razonar. Tiene que ser ya. Transcurridos unos 15 segundos y ante el marcado nerviosismo del interlocutor éste le comienza a sugerir respuestas tales como podés ser "profesor, como el papá", "fotógrafa, como la tía" o "psicólogo, como la mamá". Como a esa edad el niño se identifica con su entorno es muy probable que ante este improvisado multiple choise opte por una de las respuestas sugeridas excepto, claro está, que la niña sea un clon de la Mafalda de Quino. En ese caso es muy probable que el interrogador termine en la consulta de un psicólogo o medicado por un psiquiatra al recibir una respuesta inteligente, profunda, insospechada e irónica. Los chicos de mi generación tenían la respuesta en la punta de la lengua: "bombero" y agradezco que sólo haya sido una mera expresión de deseos porque de otra forma hoy habría unos 11 millones de bomberos sin trabajo, ensayándose con un sifón en su casa para cuando consigan un curro. Y los menos querían ser médicos. Hoy el menú de respuestas es mucho más amplio. Cantante, actriz, abogado, modelo y periodista se mezclan con veterinaria, odontóloga, bióloga, artista, chef y Messi (sí, los chicos no quieren ser futbolistas. Quieren ser Messi). Y usted ¿es hoy lo que soñó ser de niño?