HAY GENTE QUE HACE UN CULTO A LA NEGATIVIDAD

Hay gente que uno conoce o que conocerá a lo largo de la vida que hace un culto de la negatividad. No porque sea mala. Tampoco porque sea resentida o unos auténticos hijos de puta. No, es natural en ellas. Ya vinieron al mundo con este chip. Son los que dejaron de jugar a la Lotería el día que se enteraron que podían hacerse de unos 79 millones de euros con 2 o 3 apostadores más. Entonces no, aunque vivan con 1.000 al mes no están dispuestos a compartir su “mala suerte” con otros.
O los que van a visitar a un amigo o a un pariente al sanatorio para interesarse de su salud. Entran a la habitación y tras alabar el mobiliario le hacen saber su opinión al enfermo: “no te voy a dar sangre para no perderla en un moribundo como vos”. Son los que siempre, pero siempre están para darte ánimos, para hacerte ver el costado bueno de la vida. O los que se retiran de terapia intensiva y se vuelven para decirle al tipo que no puede hablar por los tubos en la boca y en la nariz: “no sé cómo van a sacar tu cadáver de acá con estas puertas tan estrechas”.
Amigos que esparcen esperanzas entre quienes las necesitan. O dicen “no me fio del novio de tu hija. 24 años, médico, no fuma ni toma, es soltero y trabaja. Hummmm ¡algo oculta!” Y así pasan, no desapercibidos se lo aseguro, por la vida.