Blogia
POSTALES del SUR

TODOS TENEMOS UNA ASiGNATURA PENDiENTE EN LA ViDA

TODOS TENEMOS UNA ASiGNATURA PENDiENTE EN LA ViDA

Tengo algunas asignaturas pendientes en mi vida. Lo confieso. Como por ejemplo, que adoro las películas musicales en el cine y no sé bailar. No es que no me contorsiono como Fred Astaire o Travolta en "Fiebre de Sábado a la Noche", sino que mi cabeza no puede entrar en sintonía con mis extremidades inferiores. Nada. Ni cuando lo vi a Barry White mis pies se movieron, salvo para esquivar una cucaracha en el show. Pero mis "desgracias" no sólo se remiten al baile sino a la música en general. Me encanta el jazz. Habría pagado por tocar el saxo como mi idolatrado Leandro "Gato" Barbieri. Pero ¿cómo? Si ni desde chico puede tocar bien el timbre de mi casa ni de ninguna otra. Es más, recuerdo que en primer año del secundario me aplazó la profesora de Música por confundir las notas de un pentagrama con una docena de hormigas negras. Y en la Universidad lo intenté, Dios lo sabe. Pero no me recibí de médico porque opté por escribir en diarios y no pasar horas en un quirófano. Este hecho es festejado aún por mis potenciales pacientes y lo padecen los lectores del Diario donde trabajo. Pero bueno no todo es tan malo en mi vida. Luego me interné en los vericuentos de la licenciatura en Artes. Y me pasó como a Ícaro. Me perdí. Por suerte me encontraron a tiempo. Lo que sí he evitado, desde entonces, es concurrir al hipódromo. Me deprime ver que hasta un caballo que comenzó una carrera pueda concluirla. Y yo no.


0 comentarios