El genial escritor
Jorge Luis Borges acuñó a lo largo de su vida frases memorables.
"El fútbol es popular porque la estupidez es popular" es una de mis favoritas. Pero el
Georgie no tuvo la suerte de oír hablar de las consultoras, de los formadores de opinión y de la inmensa cantidad de lameculos y de obsecuentes delirantes, hasta el paroxismo, que a diario inundan e infectan la web con ridículos comentarios sobre la figura de
Barack H. Obama. De golpe y porrazo, y por la acción de esta piara de débiles mentales con acceso a internet y a las redacciones de agencias y de diarios "muy prestigiosos", este bronceado personaje -según lo definiera el seductor
Silvio Berlusconi-
es un Dios ególatra que nos hace el favor de vivir entre nosotros. Un individuo que sólo tiene la suerte de haber nacido unos 20 años más tarde en un país que lo hubiera condenado a terminar sus días en unos de los 2 clanes más famosos de USA. Sí porque
Barack Hussein o terminaba bailando en el
Clan Sinatra o bailando a los tiros de escopeta, a la luz de unas teas, del
Ku Klux Klan. Pero no fue así. Una extraña constelación de boludos ve en él a un héroe de cómics, a un superhéroe o al hombre más sexy de la Tierra, al semental del
Tío Sam, al hombre más deseado, al que tiene la mujer bella ¡
Dios mío ni
Stevie Wonder alcoholizado diría un disparate así!; a las hijas más inteligentes y dulces, al más elegante... ¿Pero comparado con quién? ¿Acaso con un simio muerto? Es un pobre tipo timado por un un grupo de sátrapas que le recuerdan a diario su origen divino... Y que viven de él, como parásitos, alimentando su egolatría al igual que les sucede a la mayoría de los boxedores de color, negro, que realizan el trayecto desde su camerino al ring escuchando a su séquito de obsecuentes que le cantan raps; que le recuerdan que es indestructible o que
Alá o quién puta fuera lo protege. Y al son de su música sube al ring. Y de golpe está solo, porque los parásitos no están para recibir golpes.
Espero que Barack Hussein se dé cuenta que el Rey Obama está desnudo. Antes de que sea demasiado tarde.
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