Por primera vez, sostienen los memoriosos, los programas que muestran culos de bailarinas y vedettes por la TV de la
República Bananera del Plata no se alzaron con el rating. Ni tampoco lo logró el fútbol, a pesar de que se jugaba una fecha de las Eliminatorias para acceder al Mundial de Sudáfrica. Millones de televidentes siguieron, como si estuvieran en trance hipnótico, el ameno discurso de
Cristina Fernández Kirchner en la ONU. Es que la Jefa de Estado cautiva a las masas con su oratoria, de maestra de escuela primaria estreñida, y el pueblo agolpado en las calles miraba absorto su imagen en los televisores de los negocios. La imagen nos muestra a un fiel esbirro llegando al paroxismo.
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