El hecho conmocionó al mundo. Es que de golpe y porrazo todo lo que se sabía a cerca de estos gigantescos animales prehistóricos, y desde luego extinguidos hace miles de años, se fue al carajo. Es que junto a la electricidad, a los antibióticos e internet no duda en afirmar el distinguido antropólogo y biólogo afgano-peruano
Francisco Paco Gerlo su hallazgo es de una vital importancia para entender el pasado. La criatura, el
erectus penis, un minisaurio de unos 24 centímetros es considerado por los hombres de ciencia como "el único de su especie con capacidad para hibernar durante varios siglos sin sufrir daño alguno en la cabeza. Ni en todo el miembro", afirma la investigadora ad hoc
Dolores D. Parto. Sobre su aparición en la ciudad de Fray Bentos, Uruguay se supone que sería a raíz del funcionamiento de una fábrica de celulosa cuyos deshechos vertidos al río habrían vuelto a la vida al mítico animal. Por lo pronto la ciudad espera la visita de cientos de curiosos que esperan ver en acción al pequeño dinosaurio y de miles de mujeres que nunca vieron de cerca a un pene de 24 cm.
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