En el círculo de sus enemigos del Palacio era un secreto a voces la agitada vida sexual del
Monje. Pero nadie como el físico y poeta americano
Robert Denirovich pudo aportar tantas precisiones al respecto: Era un verdadero harén el que tenía
Rasputín en una de las alas de
la Iglesia Catedral, contigua al Palacio. En compañía de la bella
Covia, hermana menor de la
Emperatriz Catalina III, mejor conocida entre la realeza por
La Pequeña, ingresé a esa gigantesca guardería infantil. Mujeres embarazadas de todas las edades y condición social atendían a sus hijos ayudadas por otras que ya habían parido. Todos los bebés tenían la mirada penetrante del
Santón y algunos niños, ya en edad escolar, poseían una incipiente barba negra prueba irrefutable de quien era su padre. Abandonamos con
Covia de la manera más presurosa ese lugar cuando uno de los niños, de nombre
Emilian, nos contó que papá viene a cualquier hora y se encierra en esa habitación con 3 o 4 mujeres a rezar. Si a Uds. los encuentra aquí los invitará a orar con él. Y le aseguro mister que los aullidos de ustedes serán escuchados desde Escocia. Mi pobre madre, dijo balbuceando con voz entrecortada, ya no se tira pedos: estos se le caen del culo tras orar con
él .
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