En las últimas horas el mercado de pases se vio sacudido. La contratación de un fornido centrodelantero alemán levantó las sospechas del lavado de dinero. Es que un equipo español se hizo de los servicios del goleador de la
Liga del Vaticano. El ariete ya le había dicho no, en 2008, al poderoso
Manchester United de Inglaterra argumentando problemas religiosos insalvables. Y recientemente hizo lo propio con el
Juventus y con el
Real Madrid.
Pero el Submarino Amarillo del Villarreal lo logró. La imagen ilustra el instante en que el crack posa con la camiseta de su nuevo club. Consultadas por la Agencia Telaví las autoridades de la institución se refirieron al trascendental hecho deportivo como
"un milagro".
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