
Y así hasta da gusto que a uno lo visiten los huracanes. Un Estado protector, previsor y paternalista como es el del
Tío Sam nunca abandona a sus ciudadanos. Y menos aún
George W. Bush. Al paso del
huracán Ike por Galveston, Texas los equipos de rescate y de salvamento multiplicaban su ayuda humanitaria. La imagen, captada por un aficionado instantes antes de ser arrastrado por las aguas hasta Cancún, México, es una muestra de la atención privilegiada que recibieron los ancianos y los niños. Y hasta los negros, por si alguno era pariente de
Obama.
0 comentarios