Esta acorralado. Y él ahora lo sabe. Más sólo que Adán en el Día de la Madre. No ve ni el fútbol, una de sus actividades políticas más preferidas, una salida a sus penas. El hermano mayor Hugo, el bolivariano, ya lo negó tres veces, como Pedro a Jesús. La gente no cesa de protestar y munidos de palos y piedras se enfrenta a tropas de la Policía y del Ejército. La República y sus instituciones agonizan. Ya nadie se acuerda de la rEVOlución que prometía al asumir Evo Morales. Al igual que la Jefa de Estado de la Argentina no deja de cometer errores, de pretender avasallar al pueblo, en nombre de la Democracia. Y la situación política del ex líder cocalero es comparable a la suerte que puede correr un huevo en la mano de un paciente con Mal de Parkinson. Parece que La Paz no está en esta Bolivia de Evo.
Esta acorralado. Y él ahora lo sabe. Más sólo que Adán en el Día de la Madre. No ve ni el fútbol, una de sus actividades políticas más preferidas, una salida a sus penas. El hermano mayor Hugo, el bolivariano, ya lo negó tres veces, como Pedro a Jesús. La gente no cesa de protestar y munidos de palos y piedras se enfrenta a tropas de la Policía y del Ejército. La República y sus instituciones agonizan. Ya nadie se acuerda de la rEVOlución que prometía al asumir Evo Morales. Al igual que la Jefa de Estado de la Argentina no deja de cometer errores, de pretender avasallar al pueblo, en nombre de la Democracia. Y la situación política del ex líder cocalero es comparable a la suerte que puede correr un huevo en la mano de un paciente con Mal de Parkinson. Parece que La Paz no está en esta Bolivia de Evo.
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