UN CULTO AL PAN y AL CiRCO EN LA POLíTiCA ARGENTiNA
"Me dijeron que en el Reino del Revés nadie baila con los pies, que un ladrón es vigilante y otro es juez y que dos y dos son tres. Vamos a ver cómo es el Reino del Revés". Así comienza esta maravillosa canción de quien fuera en vida un ser sensible, inteligente y admirable. Sí, acertó le hablo de María Elena Walsh. La pobre se marchó de este mundo sin saber que el Reino del Revés del que ella hace mención sí existe. Aparentemente algún guardián de la tierra de la fantasía no cumplió su labor y los personajes se instalaron entre nosotros. Hoy nos cuesta descubrir cuál es la realidad en la que vivimos. Porque por un lado los presidentes de los clubes de fútbol más populares de Tucumán, uno de los estados más pobres de la Argentina, no pueden ocultar su sonrisa al obtener, un año más, un subsidio del Estado de más de un millón de euros para encarar "el oneroso Torneo en el que participan". O sea que quienes perciben dinero de una entrada, del bolsillo de los socios más los ingresos por publicidad no pueden encarar sus actividades comerciales sin apoyo. Mientras que un grupo de amigos, con el patrocinio de la Fundación Sí Tucumán, recorren desde hace dos años la ciudad interesándose por quienes están en situación de calle. "Cada uno pone $ 10 por semana y con eso compramos la comida y los remedios", cuentan. Según sea martes o jueves, los voluntarios se turnan para salir a llevar ropa de abrigo, colchas, medicamentos y un plato de sopa caliente a quienes ellos sienten como su prójimo. Y que están alejados de los ojos de los gobernantes, preocupados por el fútbol. Expuestas así las cosas todos los caminos parecen desembocar en "Panem et cirsenses", la frase atribuida al poeta latino Juvenal y que describe la acción de los Césares en el Imperio Romano. Sí, "Pan y Circo", es lo único que se plantean los políticos argentinos.
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Don Orione -