Porque hay que matarlas a palos... A esta conclusión llegó un estudio realizado por la prestigiosa
Universidad Jarvard de la ínsula caribeña de
Puerto Pobre. Sí y no es para menos. La
mujer japonesa disfruta de la mayor esperanza de vida: 86 años. No hay nada que altere su metabolismo, salvo que incorporasen a su dieta la ingesta compulsiva de sánguches de chorizos provenientes de
porcinos contagiados de
Gripe A H1 N1. La posibilidad de que esto ocurra son las mismas de que la Argentina pertenezca al
Primer Mundo. Esta longevidad contrasta con la corta esperanza de vida de las mujeres que habitan, por poco tiempo, en
Sierra Meona, el país donde menos viven las féminas, con 19 años de media. La que alcanza los 20 años pasa, de inmediato, a integrar el
Consejo de Ancianas. Así que tras leer esta noticia no reniege más con la piltrafa que lo acompaña, salvo que ésta sea oriental y camine como si ya se hubiese cagado por la estrechez del kimono, porque el colesterol o los triglicéridos o el estrés la enviarán a la tumba antes de los 86 años. Si la paciencia no es una de sus virtudes: váyase a vivir a
Sierra Meona ya. Cualquiera sea su pensamiento, le deseo suerte.
1 comentario
Común -
Jorge, espero que el pucho que tiene ese niño sea de juguete, pero bueno en esa imagen es lo que menos importa ¿no?, que pobreza, si sabremos nosotros aquí en Argentina, sabes porque es eso??, porque los gobiernos los necesitan así pobres para que los voten..........
Gracias por pasar por el concurso.
Un besote y abrazo de oso.