Blogia
POSTALES del SUR

Este es el ABC de un CULEBRÓN de la TV

Este es el ABC de un CULEBRÓN de la TV Una telenovela, un culebrón, debe hacer creer a quien la ve de que él está participando, capítulo a capítulo, de la vida de una familia sin ser visto por ellos. “Alguien Por Quien Ovular”, de la consagrada escritora Dolores D. Parto, pose los ingredientes que debe tener un culebrón americano convencional: hay gente rica e infeliz, por un lado y están los pobres pero felices, por el otro. Los primeros son los dueños de la hacienda Y ¿fue Rey Lear? que consta de varios miles de hectáreas cultivadas y de unas 52.163 vacas.
Son vecinos de los pobres, que sólo poseen tierra bajo sus uñas, 2 gallinas (una es medio renga) y un burro. Un hijo o una hija de alguna de esta gente debe enamorarse de la persona equivocada. Y ésta debe estar enamorada de otra. Y ésa del padre o de la madre, según sea su sexo, de la primera.

A otro hijo, al nacer en el Hospital se lo entregaron, por error, a una familia de gitanos búlgaros que hoy vive en el sur de Sydney, Australia. Además es imprescindible contar, entre los amigos de una o de las dos familias, con un sacerdote, una puta, un médico, un famoso artista plástico al menos bisexual y un político que siempre los visiten. Y un árabe o un raeliano, que están de última moda.
Alguien debe quedar paralítico o ciego -o paralítico y ciego- y sufrir un accidente automovilístico o un secuestro. O varios. Tampoco se puede descartar un súbito ataque de caspa o una cirugía cardiovascular en Dallas, Texas. Y a la maravillosa amnesia, que atacará en los capítulos pares a los ricos y en los impares a los pobres.

Las hermanas, de cualquiera de estas familias, deben ser dos: una muy hermosa, de cascos ligeros y de profesión novia, con un carácter de perro rabioso, de pocas luces, sin escrúpulos y con una vida sexual muy activa. Debe tener el pelo negro, ojos verdes y vestirse sólo con Versacce, aun para ir de pesca. Jacqueline Elizabeth, es su nombre. Y no debe saber ni hacer un café.
La otra, Luz Felicitas en cambio, tiene que ser una rubia, virtuosa, algo sorda, enfundada siempre en un jeans elastizado azul. Es la chica 10: este es su promedio en 4 de las 5 carreras universitarias que cursa de manera simultánea. Y dedica el tiempo libre para tejer ropa y enseñar en la parroquia del cura.
Los domingos, además, cocina para los 860 habitantes del pueblo vecino, a pesar de sus cíclicos problemas renales. Sus ojos celestes deben ser una invitación para que cualquier galán quiera nadar en ellos. Pero Felicitas está sola. El único hombre que se le acercó lo suficiente fue para asaltarla.
Desde su adolescencia aguarda, como Penélope, el regreso del ingeniero PC Aplee, quien hace 15 años partió a comprar cigarrillos. Una de las dos y sus madres, tías o abuelas esconden un gran secreto. O dos.
El pasado vuelve, en el Capítulo 586, encarnado en Esculapio Jonathan Quinteros aquel joven gitano búlgaro que vivía en Australia. Éste con un examen de ADN en sus manos exige su parte de la herencia de los ricos.
La obtiene y funda una panadería. Y se enamora de la hija virtuosa. Luego de unos 329 capítulos se descubrirá que él es hijo de los pobres, hermano de ésta y fruto de una relación prohibida del cura franciscano, hijo de los ricos con la señora de la casa de los pobres.
La rubia de cara aniñada se cansa y se va de la casa. Gana la Lotería, con un billete que había encontrado en el hall de una farmacia en Caracas y se instala con la velocidad de la luz en Milán. Y compra la Scala y luego la Torre de Pisa. Además, viaja en avión todos los días a Francia. Sus cátedras de Egiptología I y II en la Sorbona II de París le consumen su tiempo y la alejan un tanto de la realidad.

Mientras tanto, en la hacienda Y ¿fue Rey Lear? el sirviente ciego de la casa se marchó harto de ver tanta injusticia. Ya grabó un CD de gran éxito cantando a dueto con Andrea Boccelli. Pero como no veía las ganancias se peleó del tenor italiano y puso una óptica en Río de Janeiro.
El padre de la familia rica, Piero Pietro Giuseppe un próspero hombre de negocios, que había heredado un holding de su bisabuelo, perdió gran parte su fortuna en inútiles carreras de caracoles. Y quiere volverse amish e insiste en cortar la luz y el gas.
Aparece en escena el mayor de los males... Su nombre es Ignacio Jhonny Males. Su CV muestra una maestría en zapping de TV, realizado por correspondencia en El Beni, Bolivia. Hombre de muchas aspiraciones -como asmático que es- espera conducir, y chocar a la vez, la hacienda situada a 121 km de Manizales.

Y a los pobres les empieza a ir bien. Por casualidad descubren petróleo en el inodoro y comienzan a explotarlo. Y ya se pusieron en contacto con Repsol y esperan ofertas. Mientras tanto, cagan en los yuyos. Pero no les importa.
En el capítulo 581 queda al descubierto que Marta Lastenia , la cocinera hipoacúsica llevaba una doble vida. De día ella luchaba contra las ollas y los sartenes. Las noches de los lunes, miércoles y viernes asistía, en carácter de oyente, a un grupo de oración de los autistas de la hacienda.
El Coconut, su amor imposible, era el viejo quintero de la finca. Al igual que los verbos éste tenía un pasado imperfecto. En su juventud había liderado una secta musical, el Quinteto Blackspirituals, hecho que él prefería olvidar y ahogar en el alcohol y en las quinielas.

La hija mala comienza a padecer. Conoce a un timador español, un tal Pep Himen Martínez de la Concha, marqués De la Duda. Éste, capítulo tras capítulo, le comenzará a transferir su incertidumbre. Hombre hosco y taciturno el barbado enano de Zaragoza sólo fue rápido una vez en 40 años: cuando abandonó a sus 3 hijos. Alberto, el primogénito, Luisito y Chabela quienes en la posada Don Angelito, todavía le esperan, junto a Kechi, su fiel mayordomo.
La hija mala termina sus días como ayudanta de camellero en el Neguev, el ex desierto meridional palestino. Y es sometida a diario sexualmente por un grupo de los nietos de los soldados que violaron en Deraa a Lawrence de Arabia. Desde hace meses que la pobre no se puede sentar.

Y ha llegado el momento en que deben comenzar a tomarlas riendas los amigos. El sobrino de la tía Beba, Monseñor Pablo del
Soler y López
de Cataluña, el Falso Papa como lo conocen sus íntimos del clero, un ex amante de Fiorella Estone, a la sazón la dueña de la hacienda en la vida real, comienza a pergeñar un maquiavélico plan: conseguir unos euros e invertirlos en una empresa editora de libros, en CD, pornográficos en Braile con material hurtado de internet.

No le puedo contar el final... pero usted que es listo, ya se lo imagina. ¿Continuará?



1 comentario

Rosa -

Y ¿para cuando su novela en la tv?